75 Aniversario del Desembarco en Normandia. El Día D en Historia con Mayúsculas
Un aniversario para la historia con mayúsculas. Hace hoy 75 años tuvo lugar el Desembarco de Normandía. La mayor flota que el mundo había conocido. Cerca de 5.000 barcos, además del apoyo aéreo de unos 2000 aparatos suponían una fuerza formidable, pero se lo jugaba todo a una sola carta. La resistencia alemana en lo que se denominaba la Fortaleza Europea, se sabía que iba a ser formidable, y aún teniendo éxito los desembarcos, el camino a Berlín se prometía largo y duro.
Cuatro años antes, muy cerca de Normandía, en Dunkerque, los británicos a duras penas habían conseguido salvar su ejército tras arrasar materialmente Francia el III Reich. Gran Bretaña había resistido la invasión. Hitler dudo, Franco amagó, y finalmente en el verano de 1941 Hitler buscó certificar su dominación de Europa acabando con la una pieza fuera de su control en el continente. La Unión Soviética. Aquel fue un error fatal, y en junio de 1944, bajo el yugo de Stalin, los soviéticos avanzaban imparables recuperando el terreno perdido en 1941. Atrás quedaban las derrotas alemanas de Kursk y Stalingrado. Y por si fuera poco, tras Pearl Harbour, los Estados Unidos habían entrado en la contienda, y habían acordado con los británicos una política de “Europa Primero”. La derrota de Japón debería esperar a la del Nazismo y el Fascismo. El régimen de Mussolini ya era sólo una marioneta de Hitler, y lentamente los aliados avanzaban hacía el norte de Italia. El 4 de junio de 1944, dos días antes de los desembarcos, se había liberado Roma.
Stalin pedida desde 1940 un segundo frente que aliviase el pesaroso avance hacia Alemania. Se mofaba de la poca disposición de los aliados a correr riesgos. La operación Overlord fue la respuesta de británicos y americanos. Churchill sabía que a los americanos les faltaba madurez en el combate, y retraso lo que pudo un ataque a Francis que no tuviese garantías de éxito. Los Jefes de Estado Combinados trabajaron durante meses en el diseño del plan y en una estrategia sin precedentes para ocultar a Hitler su contenido. Es lo que se denomino Operación Fortitude. Uno de los engaños más formidables de la historia, y en el que fue crucial un español. Juan Pujol “Garbo”.
Frente a los Aliados, Hitler había designado para defender Francia a dos de sus mejores comandantes. Gerd von Rundstedt y Erwin Rommel. Pero había tensiones entre ellos. Rundstedt creía que la derrota de los aliados debería producirse aplastándolos después de haber desembarcado. Rommel apostaba por vencerlos en las playas. Las tensiones entre ellos colocaron a los panzer estacionados en la zona bajo el mando directo de Hitler. Aquella decisión sería crucial.
No sólo fueron desembarcos y un gran engaño. El Día D comenzó con operaciones aerotransportadas, y un el bombardeo de la zona. La Resistencia Francesa, movilizada a través de la BBC con un poema de Paul Verlaine que anunciaba la inminencia de la operación, fue crucial entorpeciendo las comunicaciones alemanas. Los nazis esperaban días de mal tiempo, y creían que un ataque en esas condiciones era imposible.
Pero a las 6,30am de la mañana del día 6, frente a las playas de Normandia -rebautizadas como OMAHA, UTAH, JUNO, SWORD y GOLD- apareció la flota más poderosa que en la historia se había hecho a la mar. Comenzaba el día más largo, en el que los aliados lucharon metro a metro para hacerse con las playas. Omaha fue el combate si cabe más cruel. La resistencia alemana en todos los casos, encarnizada. Rommel no estaba en Normandía. Supo del ataque celebrando el cumpleaños de su mujer en Alemania. Cuando Rundstedt supo de la magnitud de los desembarcos, intento desesperadamente contactar con el Führer, y activar el uso de las unidades Panzer que podían inclinar la balanza. Pero el Führer como de costumbre se había acostado a altas horas de la madrugada y nadie en el cuartel general tuvo valor para despertarle. La superioridad en el aire de los aliados era completa en cualquier caso.
Al ponerse el sol, los objetivos para el primer día distaban de haberse alcanzado, pero se había conseguido lo más difícil: poner pie en las playas, vencer la resistencia inicial y consolidar posiciones. Quedaba por delante un largo camino. A finales de junio Stalin lanzo una ofensiva sin precedentes en el frente oriental. A los pocos días Hitler sufrió el más grave de los atentados contra su vida. Y en agoto, París sería liberada. Para entonces más de medio millón de soldados aliados combatían en suelo francés. El 6 de junio de 1944 comenzó en efecto el acto final de la II Guerra Mundial.